jueves, diciembre 07, 2006

TRIP TO COPENHAGUEN (DAY I)

El pasado fin de semana nos fuimos de viaje a Copenhaguen. Me apetecía mucho ir a esa ciudad, ya que todo el mundo habla muy bien de ella y, además, no había salido de Linköping desde finales de octubre cuando estuvimos en Tallín.

Tras valorar las diferentes opciones de medios de transporte nos decidimos por ir en coche, ya que tanto el tren como el avión tenían un precio excesivo. Así pues, el viernes por la mañana, con nuestras tortillas de patatas y filetes empanados como provisiones para el viaje, emprendimos viaje a Dinamarca.

Éste fue nuestro recorrido:

Lo primero a lo que he de hacer mención es el puente de Öresund, construido entre Malmoe y Copenhaguen. Es el punto de unión por carretera y tren entre Suecia y Dinamarca y verdaderamente es una obra maestra de la ingeniería. Fue inaugurado en el año 2000 y podéis verlo en la imagen de abajo. Tiene una longitud de 8 kilómetros, la mitad del estrecho de Öresund. La otra mitad se atraviesa gracias a una isla artificial construida en medio del mar. Lástima que nosotros cruzáramos cuando ya era de noche (algo no muy difícil aquí, ya que ahora anochece a las 15:30).


Una vez dimos las correspondientes vueltas de rigor por la ciudad conseguimos llegar al hostal en que nos alojábamos. Se llamaba "Sleep in heaven" y esta vez las habitaciones eran muy pequeñas y las literas de 3 pisos, pero la recepción y los baños estaban bien.

Tras dejar las cosas nos dirigimos a un barrio muy peculiar en la ciudad, el barrio de Christiania. Me resulta difícil describirlo aquí, además no tengo fotos, ya que no se permiten. Lo que cuento es sólo mi opinión, seguro que podréis leer o escuchar versiones totalmente distintas. Pues bien, en los años 70 un grupo de hippies se instalaron en ese barrio de Copenhague reivindicando esos terrenos para instalarse en ellos. Tanta fue la gente que llevó a cabo ese movimiento que a la policía le resultó imposible desalojarlos, con lo que la situación llegó a convertirse en una cuestión política. Para que podáis entenderlo, comenzaron a organizarse como una comuna y llegó un momento en que el propio gobierno danés reconoció el status quo del barrio y lo calificó como "experimento social". La gente de este barrio se ha organizado como una comunidad libre, con sus propias reglas al margen del gobierno danés. Es una clara forma de anarquía o comunismo. De ahí que en muchas ocasiones se denomine a Christiania como el barrio libre de Copenhaghen. Su misión u objetivo general del barrio es el siguiente:

"The objective of Christiania is to create a self-governing society whereby each and every individual holds themselves responsible over the wellbeing of the entire community. Our society is to be economically self-sustaining and, as such, our aspiration is to be steadfast in our conviction that psychological and physical destitution can be averted."

Podéis leer pormenorizadamente sobre Christiania en este enlace:

http://en.wikipedia.org/wiki/Freetown_Christiania

Pues bien, aparte de hablar sobre el origen y los ideales del barrio es preciso contar cuál es la verdadera realidad que allí se vive, ya que en mi opinión lo demás es una deformación clara de dicha realidad. Christiania es un barrio muy similar a las 3000 viviendas de Sevilla donde la droga corre por todas las esquinas, por todas las casas y por todos los rincones. La calle principal, llamada "Pusher street", es un punto de venta de droga reconocido en todos los ámbitos. Es más, antes del año 2004 dicha venta estaba permitida legalmente, algo que ya no es posible debido a que el Gobierno está intentando dar un giro a la situación. En la actualidad parece ser que se ha dejado de reconocer al barrio como comunidad para pasar a reconocer a cada uno de sus habitantes de forma individual. Marihuana, hachís, cocaína, heroína, etc son las drogas que forman parte de la historia de Christiania. Junto a esto, se trata de un barrio donde prácticamente no hay luz, las calles no están asfaltadas en muchos sitios y dudo mucho que existan las mínimas condiciones de salubridad que se requieren para vivir.

En fin, creo que os podéis imaginar más o menos lo que hay allí. Como visita "cultural" la valoro positivamente, porque pude conocer un mundo totalmente distinto en medio de una gran urbe. Pero al margen de ello, no puedo entender como un Gobierno puede permitir un sitio de este estilo en pleno siglo XXI, un sitio lleno de gente enganchada a la droga y sin más porvenir que la intención de pasar de todo y de todos y seguir consumiendo droga. Creo que esa gente también merece la oportunidad de formar parte de la sociedad y gozar de las oportunidades de los demás.