jueves, octubre 26, 2006

OTOÑO EN LINKÖPING

Mientras parece ser que en España empiezan a caer las primeras lluvias, aquí en Linköping hace un par de semanas que el otoño entró de pleno. Ya dejamos atrás el maravilloso mes de septiembre (que al parecer ha sido uno de los más calurosos de la historia por estos lares) y el paisaje es totalmente diferente. Esto sí que es un otoño de verdad. Me encanta cómo está el camino hacia la Universidad, todo lleno de hojas de los árboles caídas desde sus ramas. Una de las mejores cosas de las que voy a poder disfrutar este año es del paisaje en Suecia. Ya he tenido la oportunidad de contemplar hermosos y enormes lagos, bosques, grandes zonas verdes por todos sitios... Y todavía me queda mucho por descubrir (entre ello, espero visitar el círculo polar ártico en invierno). Lo que ahora me llena los sentidos es el cambio otoñal que nos rodea. De hecho, la fascinación de los suecos por la naturaleza y su entorno natural llega a ser cercana a lo religioso, formando parte intrínseca de su cultura. Y en mí todo este fenómeno paisajístico está empezando a adentrarse por los cinco sentidos.

En total, más de la mitad de la superficie de Suecia está cubierta de bosques, sobre todo de coníferas (hoja perenne); un 16 por ciento consta de montañas y páramos; y casi un 10 por ciento son lagos, ríos y humedales, mientras que sólo un ocho por ciento son tierras cultivadas.

En fin, tengo la suerte de vivir un año en un paraíso natural al norte de Europa, cuya cara cambia 4 veces al año con cada una de las estaciones.

En otoño, esa cara tiene este aspecto:



Pienso que la capa otoñal que me rodea no va a tardar mucho en cambiar para pasar a ser un manto blanco. La gente de aquí dice que los meses duros de nieve son enero y febrero, pero me da a mí que en noviembre vamos a tener la primera nevada. Ahora mismo, mientras escribo (1 de la mañana), hay 4ºC en Linköping.